martes, 13 de septiembre de 2011

Pero esta vez si me avisó

Es lo que tienen los seres humanos, tan pronto estás bufando y bramando porque no te comentan cosas de sus vidas, como de improviso te llaman (o te escriben un correo) para hacerte partícipe de grandes eventos de sus vidas. Cuando ocurren esos fenómenos también hay que resaltarlos y varolarlos como es debido.

El hecho que hoy nos hace mantenernos en esta sección, que si antes la estreno, antes escribo más en ella, es una obra de teatro protagonizada por uno de los miembros más recientes de nuestro colectivo. Sí sí, leen bien, obra de teatro, o que se creían, que nuestros actores y actrices no tenían tablas clásicas. A decir verdad algunos lo que tienen es una fina madera de balsa y debajo no hay ni una simple red, pero otros, como nuestro queridísimo Jesús, son personas versadas en la interpretación y no les es extraño estar en un escenario o en un plató de rodaje.

Plató de rodaje, pero que gracioso que soy.

Tened un poco de paciencia y en breve tendré puestas algunas fotos de como fue la obra de teatro, no todas porque sería muy pesado, ya me conocéis, hago pocas fotos. De momento aquí os dejo un pequeño aperitivo.

Esta obra se encuadraba dentro del programa de las fiestas de La Virgen de Fátima en Carabanchel. El nombre de esta representación es 'La casa de los Pingos' de Antonio Paso y Antonio Estremera, una historia enclavada en el madrid de principio de siglo XX, con un humor muy castizo y un acento a madrileño añejo digno de escuchar.

La obra, que fue magistralmente expuesta por los vecinos del barrio, todos actores aficionados, y a pesar de los pesados camioneros que no paraban de hacer ruidos recogiendo los chiringuitos de las fiestas, ésta resultó ser muy entretenida y graciosa.

Simplemente me queda felicitar a Jesús por su magistral interpretación de Cayetano, un torero como no los hay ahora -una pena no verte en traje de luces, eso sí que hubiera sido digno de hacer un buen book-, dar las gracias a Yolanda, la novia del susodicho torero, que me estuvo haciendo compañía muy pacientemente, y cómo no, dar las gracias a Jesús por pensar en mi, espero que el próximo año también te acuerdes y me invites.