domingo, 31 de julio de 2011

Segunda entrega de "Noches Frikis"

Como se comentó en la entrada anterior, nos hemos propuesto recuperar el ritmo de publicación anterior al inevitable parón provocado por cientos de casualidades o causalidades. Y qué mejor forma, para recuperar el buen pulso de este blog, que ofrecer una segunda entrega de "Noches Frikis".

Esperamos que os gusten las película -bueno, más o menos.

Sí, amigos. Esta noche friki sólo podrán soportarla aquellos fuertes de corazón y con muchas ganas de pasar unas horas perdiendo el tiempo. El primer plato ya es durillo. La adaptación que se hizo de “Bola de Dragón”. Un esperpento de dimensiones mayúsculas.

Me pasé la mayor parte del tiempo enfrascado en una encarnizada lucha entre mis dos partes del yo: una quería apagar la televisión y dejar de ver aquella tontería; la otra, estaba totalmente seducida por la absoluta falta de escrúpulos y de vergüenza de quienes había dedicado esfuerzo y dinero –poco, imagino- a perpetrar semejante bodrio.

Nunca fui aficionado a la serie de televisión, y con los manga sólo disfruté con los primeros quince números… así que no me invadió un deseo de inmolarme, cuando aparecieron los títulos de crédito finales. Pero qué duro va a ser sobrevivir al visionado, para aquellos que fueran –o sean- aficionados a Akira Toriyama o a “Bola de Dragón”.

Aún así, esta película es infinitamente superior a la película que se hizo recientemente en los USA –esa si que es para cortarse la venas.

Nota para los aficionados: algunos nombres no concuerdan, porque no tenían los derechos y los cambiaron para ahorrarse unas perrillas.

¿Todavía no habéis huido a refugiaros en vuestras casas, cual asustadas doncellas? ¿Aún queréis saber cuáles son los dos platos que nos quedan por degustar? Vosotros lo habéis querido. Vamos a por más películas horribles.


El segundo plato: “El delirante mundo de los Feebles”. Marionetas, al estilo teleñecos, haciendo todo tipo de cochinadas y cantando...

Esta película tuve que dejar de verla, porque me dio muchísimo asco una escena, y fui incapaz de seguir viéndola. Si es que, en el fondo, soy de lo más sensible. Más adelante, cuando consiga una copia con mayor calidad y con subtítulos –para poder enterarme de los números musicales-, prometo verla entera. Además, es el segundo largometraje de Peter Jackson, en su época más macarra.


Como supongo que ya se os habrá atragantado la cena, dejo la película más digerible para el final. Es nuestras noches frikis no podría faltar el maestro Baba. Ojo, que es un director genial. De hecho, dos de sus películas van a estar en mi lista de cien películas favoritas. Pero también hizo cosas muy frikis; la que más: tener un hijo –Lamberto Baba- sin talento para el cine, que decidió dedicarse –muy a nuestro pesar- a seguir la estela de Papá Baba. Pero dejemos al hijo, que tarde o temprano aparecerá en esta sección, y centrémonos en “Diabolik”.

La película adapta las andanzas de un conocidísimo personaje del cómic italiano; una suerte de Batman-ladrón. ¡Si hasta tiene una base secreta, qué para sí, quisiera el mismísimo Batman!

La primera parte de la película es divertidísima… el último tramo, una especie de vuelta de tuerca, para hacer una segunda parte -que jamás se hizo-, es infumable.

Ah, el traje es chulísimo, el motivo por el que roba buenísimo y la música la pone Morricone.

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